El nudo de Salomón
El nudo de Salomón es un símbolo universal presente, desde la antigüedad, en vestigios de numerosas culturas.
Muchas tallas de la Edad de Piedra muestran el nudo de Salomón como motivo decorativo. También se puede ver en los mosaicos romanos en forma de óvalos entrelazados sin final ni principio.
Durante la Edad Media, el nudo se consideraba un amuleto de protección contra ciertas dolencias. Este nudo se puede encontrar en muchos escritos de los primeros cristianos, como el Libro de Kells, en el que aparece en gran medida, pero es un símbolo que también puede verse en sinagogas, templos, ashrams y otros lugares sagrados de todo el mundo antiguo.
Así pues, como muchos símbolos antiguos, el nudo de Salomón no puede ser reclamado por una sola cultura y son muchos los significados que se le han atribuido:
- Al ser un nudo que no tiene principio ni fin, el Nudo de Salomón se considera un símbolo de eternidad y amor eterno, al igual que la mayoría de los nudos celtas, que presentan diseños hechos con una sola línea que se enrolla y cruza sobre sí misma.
- En algunos casos, el nudo de Salomón puede representar la eternidad y la vida eterna. Este simbolismo proviene del hecho de que el diseño se ha encontrado en cementerios judíos.
- En las culturas africanas, especialmente entre los yoruba, el nudo simboliza el estatus real y la autoridad.
- En otras culturas, el nudo de Salomón se considera una representación de prestigio, belleza y estatus.
- El Nudo de Salomón es también una representación de la sabiduría y el conocimiento, debido a su asociación con el rey hebreo Salomón.
Más allá de todos estos significados en diferentes culturas y religiones, el nudo de Salomón se ha usado también como expresión:
- De fuerza que ata y al mismo tiempo libera
- De un determinado compromiso social
- De unión entre lo divino y lo humano. (arteviajero.com)
El nudo de Salomón, como logotipo del ECPC expresa:
- Nuestro compromiso con la realidad cercana y con la no tan cercana, a la que nos sentimos estrechamente unidos.
- Nuestro reconocimiento de lo diferente que nos abre horizontes de encuentro y de liberación.
- Nuestro enraizamiento con las primeras comunidades cristianas, que surgieron en un entorno judío fuertemente romanizado.
El nudo de Salomón, que tuvo una gran presencia en los mosaicos romanos, se puede contemplar en el mosaico romano que hay en la capilla de nuestra Sede (Plaza de la Concha 1- Córdoba).